1. Añadir amortiguación y protección: Coloca las almohadillas de espuma o gel dentro de tus zapatos. Asegúrate de que estén posicionadas en áreas donde necesites amortiguación y protección, como los talones o la parte delantera del pie.
2. Prevenir el roce y deslizamiento: Una vez colocadas las almohadillas, prueba tus zapatos para asegurarte de que no haya roces ni deslizamientos incómodos. Ajusta la posición de las almohadillas según sea necesario para evitar cualquier roce o deslizamiento.
3. Mejorar el ajuste del zapato: Las almohadillas están diseñadas para ajustarse cómodamente alrededor de los talones, mejorando así el ajuste general de tus zapatos. Camina unos pasos para verificar que el ajuste sea óptimo y cómodo.
4. Quitar sin dañar los zapatos: Si deseas quitar las almohadillas, hazlo con cuidado para no dañar el interior de tus zapatos. Las almohadillas son removibles y no deberían dejar residuos ni causar daños en el calzado.
¡Ahora estás listo para disfrutar de zapatos cómodos y protegidos!